jueves, noviembre 10, 2005

Poeticia 4


"Todos tenemos algo de Kafka", dijo la madura voz femenina y paisa que así elevaba la conversación al nivel que correspondía elevarla después que mostré que en mi bolsillo del corazón guardaba un rojo portacarné con el grabado de Gladys Marín sonriente y victoriosa ("Mil veces venceremos", había escrito allí un anónimo artesano).
Eran las tres de la mañana en "La Casa en el Aire" y muchas cosas más ya se habían dicho (el humo de los cigarrillos y el vaho del alcohol bailaban al son del Nico y del Cautivo de Tiltil y también de dulces vallenatos. José Luis Díaz-Granados disfrutaba como sólo un enamorado de Neruda sabe hacerlo).
"Y de caca", repliqué. Y enseguida reí estruendosamente (como ríen el Guasón y los malos cinematográficos, me dijo después el poeta colombiano).

(Lo peor fue que en mi borrachera de pisco sour, vino tinto y ron, estaba seguro de haber emitido un genial antipoema).

(Era la madrugada de Noviembre 9 del 2005)