viernes, noviembre 16, 2007

El muro de Candaules


Mira, amor, este muro travestido en una obra de arte. El hueco negro de la puerta, la tierra recocida del adobe, el ajado estuco blanco, las tres tablas como lágrimas. Colgado en la pared del comedor es la memoria de ese burdel de Esmeralda aplastado por un mall.
Estabas hermosa cuando, adosada a esa puerta, riendo coqueta con tus labios rojos y tu boina francesa, jugaste a invitarme: “¿Vamos, lindo?”, imitando a las de verdad. Después te pedí entrar con clientes. Y te vi salir fumando y rehuyendo la mirada. Tu tristeza quedó en ese muro.